jueves, 25 de septiembre de 2008

'Electroacoustic world tour'


Cuando un concierto es esperado por tantos años, y éste, a la segunda canción se convierte en una fiesta de energía, de recuerdo, de emoción y de muchas gargantas unidas, se puede considerar que dicho evento se ha convertido en un éxito, los Scorpions han convertido en su más reciente gira ‘Electroacoustic World Tour’, a la Plaza de Toros Santa María, en un lugar de encuentro para más de 3 mil amantes del hard rock alemán.



Las 21 horas con diez minutos, la ausencia de luz corona la noche y el sonido de la gente gritando se ha convertido en champaña agitándose victoriosamente, señales que indican que es momento de sincronizar los relojes con ‘Hour 1’, canción con la que fue iniciado el concierto y que se desprende de su más reciente producción discográfica ‘Humanity hour1’.
Durante esta primera mitad del concierto encontramos un vigor que concluye en densidad contundente, en el que se hace recorrido por las canciones más emblemáticas de la banda: ‘Coming Home’, ‘Bad Boys’, ‘Running wild’, ‘No pain no gain’ y ‘The Zoo‘, entre otras.



Un interesante trabajo a tres mástiles ejecutado por Rudolf Schenker y Matthias Jabs en las guitarras y Pawel Maciwoda en el bajo, creaba la dureza y las atmósferas para mantener el ánimo cálido y vigoroso, cuando James Kottak, en la batería, sorprendió a la audiencia con un estupendo solo en el que interactuaba con el público que intervenía durante los silencios en su ejecución, además de avivar la energía al arrojar varios pares de baquetas durante el concierto.





Una vez terminado este gran set list, comenzó la segunda parte del concierto en la que interpretaron temas como ‘Wind of Chance’, ‘Still loving you’ y ‘Rock you like a hurricane’ entre otras baladas interpretadas en la tersa suavidad de las guitarras acústicas, un par de percusionistas, y unas coristas que ejecutaron los arreglos para estas versiones impecablemente, además de contar con la participación de uno de los músicos consentidos de los mexicanos guitarra líder en la agrupación Sepultura: Andreas Kisser.







Este quinteto demostró que con los años han madurado y han desarrollado su desenvolvimiento en el escenario, pues la atención de los espectadores fue totalmente cautivada en cada uno de los temas interpretados, además de hacer de este concierto un eslabón entre el vértigo, la música, la fiesta y el talento.

viernes, 5 de septiembre de 2008

ingrávida verticalidad


es en la infinita soledad del manto celeste donde se diluye mi materia, donde puedo cortar una cola de nube y atorarla a la nada, donde en un salto busco la fragancia de su efimero campo de flores

jueves, 4 de septiembre de 2008

Te negaré tres veces...

El invitado llegó asertivo en sus amplios desplantes poéticos, espabilando con la calidez hecha intimidad una espera que involucraba distancia y tiempo. El Hotel Misión Juriquilla fue el foro que albergó a uno de los cantautores consentidos de los mexicanos, un cubano que a lo largo de su carrera ha demostrado que la palabra tiene eco cuando es dicha con precisión y con sutileza, Pablo Milanés presentó el espectáculo ‘Bohemia y Vino Tinto’.
La lírica, en ocasiones sugerente, subversiva, reflexiva, y por supuesto, aromatizada con el olor a una Cuba festiva, añeja y viva, desistió de su pasado dejando sólo eso, el eco que evoca un periodo en la historia de la isla.
Quizás, las letra : “Nada me vale lo mismo que ayer / hay cien motivos para no creer / lo que ayer era una ilusión / hoy se impone como una razón…/ quiero volver / quiero aferrarme a mi pasado / ¿dónde está?“, contenida en una de sus más recientes canciones: “Dos preguntas de un día”, aunada al precio de los boletos logró su propósito: desprender del cantautor la sombra que lo acompañara en una gran parte de su trayectoria, que fue el de la lucha por la revolución del proletariado.
Por otro lado, Pablo dio muestras de qué es lo que lo ha llevado a alcanzar un lugar en el Olimpo, una cálida respuesta de los asistentes al entonar: “Te negaré tres veces/ antes que llegue el alba/me fundiré en la noche/donde...me aguarda la nada...”, tema de la telenovela que toma su nombre de esta composición: ‘El amor de mi vida’, y le dio voz a la memoria con ‘¿Cuánto gané, cuánto perdí?’, entre otras.

El concierto se realizó en los términos de lo íntimo, pues pese a que el Expocentro del hotel se vio lleno en su totalidad, con aproximadamente mil personas, el espectáculo fue diseñado para que las palabras y la cercanía avivaran la velada condimentada con dos botellas de vino y una tabla de queso.