martes, 28 de junio de 2011

Las palabras son animales silvestres
depredadores a los que entregamos
sangre, deseos y carne
son hienas que en manada rodean
y atacan cuando el destello de sus ojos luminosos está lo suficientemente cerca
y tan exactos en su estratégia
como la vida que persiguen

Son aves de la noche
que raptan a su presa distraida para llevarla al nido
que se paraliza durante el vértigo
de su siniestro vuelo


en ocasiones son animales extasiados
que rien mientras los devoramos
porque no percibimos su sabor a tiempo, evolución y misterio
pues eso tomaría un tiempo que quizá no tenemos

Son regalos más bien extraños
cuando nos rodea el feroz invierno
y muerte violenta
cuando por descuido asomamos la cabeza

lunes, 27 de junio de 2011

Ejercicio desentendido

Embestimos contra lo desconocido
buscando el pulso de un misterio
y no es el brillo de su espada que nos recibe
lo que nos hiere hasta la muerte
sino la ilusión destruida

Y no son los dias de olvido
que vuelan como aves negras en el horizonte
lo que oscurece al tiempo
sino estas manos que vencidos dejamos caer


La luna arañada con vagas promesas
regresa con la noche entre abierta
y trae en nuestro sueño desengaño fugaz
una verdad súbita y después una calma vacía

Es nuestra alma preguntándose si tiene forma
y belleza
recordandonos que vivimos aqui, aun si no vivimos
y solo el misterio enmarañado de lo terrible
sigue ahi, sin alguna duda

¿que viento pudiera transportar este cementerio de reflejos?
Tan tristes
Tan nuestros

martes, 21 de junio de 2011

Somos soledades

¿Existe más absurdo objetivo,
que el de la serpiente que pretende seducir con una flauta mágica?
Sean las palabras del tamaño de un árbol de lamentaciones
y la voz un turbio y luminoso flujo bajo la tierra

¿Existe nuestra voluntad después de la orilla?
Solo en horas amarillas, rojas y azules
con las que madrugadas de ala cerrada tiñen nuestra tumba
Y en el eterno cielo de Septiembre
en su definitivo temblor de una vida sin muros
que sonríe sobre nuestro siglo de insomnios

Somos soledades coronadas, placeres cautivos
y el eco donde resonó el hastío
Somos el ruido de casas viejas
que el roce de una imaginación infantil
convierte en monstruos, gigantes y tiranos
el hielo sordo que florece en los murmullos
y un abismo que gira locamente buscando el instante de los cuerpos

¿Existe mejor veneno que los días largos de noches cortas?
¿Que la palabra ardiente y desoída?
¿Que los hombres más valientes abandonados?
¿Que las virtudes de vírgenes hipócritas?

Solo despertar con nuestro cuerpo aun caliente entre las manos
mientras la noche busca sus estrellas en estos labios entre abiertos