La primera pieza fue un extracto de la opera que Rossini compusiera en solo tres semanas a sus veinticinco años de edad: ‘La Cenicienta’, que se estrenó en Roma en 1817.
Esta basada en el libreto de Giacomo Ferretti, quien se aparta de la tradicional comedia de magia, con el hada benévola que convierte la calabaza en carroza, suprime a la madrastra d
La velada continuó con una majestuosa interpretación de la estudiante de la Eastman School of Music, University of Rochester, quien iniciara sus estudios a los siete años en la escuela de bellas artes de la Universidad Autónoma de Querétaro: Olga Turkina, y que a sus veinte años, ofreció una singular demostración de emoción, de virtuosismo y de devoción hacia un
Pieza que consta de 3 movimientos que se interpretan sin interrupción, como fue la tradición de las postrimerías del siglo XIX, y que ofrece una muestra del talento de este compositor belga, quien desde su juventud demuestra su virtuosismo en el violín, lo que le crea una fama legendaria, entre sus mayores admiradores se encuentra Beethoven, quien se convierte en su intérprete favorito para su Concierto para Violín y Orquesta Op.61, mismo que fue presentado esta noche.
La velada concluyó con la sinfonía No.7 en re menor, op.70 de Dvorak, quien nos presenta un carácter decididamente nacionalista, pues el primer tema de esta sinfonía refleja la lucha política de los checos.