Levanto tu nombre al cielo y como todo humo
busca grietas y espacios vacíos
Y entre silencios regresas
primero tenue
después arreciando contra la ventana
Y eres feliz
y callada entre mis manos de barro
Recuerdo, entonces, la piel que nació bajo las caricias
y un flujo luminoso nace de la orilla de mis labios
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