miércoles, 13 de agosto de 2014
Entre las horas
No miro más la lluvia
sino su caída
No llena el espacio mi voz
sino su temblor líquido y negro
Es ahora el aliento triste abismo
que se abre mientras cruza el día
Los labios son dominio y sombra
reflejo y ruinas
y las caricias son océano a la deriva del día
Y cambia la vida en el tacto
tibia entre las manos tiembla
de súbito levanta el vuelo
casi por descuido
casi por desconsuelo
entre las horas crece
es una violencia tierna que nunca cambia de dueño
sino su caída
No llena el espacio mi voz
sino su temblor líquido y negro
Es ahora el aliento triste abismo
que se abre mientras cruza el día
Los labios son dominio y sombra
reflejo y ruinas
y las caricias son océano a la deriva del día
Y cambia la vida en el tacto
tibia entre las manos tiembla
de súbito levanta el vuelo
casi por descuido
casi por desconsuelo
entre las horas crece
es una violencia tierna que nunca cambia de dueño
viernes, 21 de marzo de 2014
"Diciembre, y nos besamos" extracto, por Paula Bozalongo (1991)
Esta maleta llena
es un faro encendido que ilumina lo incierto,
la claridad inestable de una luz sobre el mar
que nos muestra a la vez
el miedo y la llegada.
A contraluz,
todo camina firme hacia el pasado,
ya sólo existe el mar
y su falso rumor de compañía
martes, 7 de enero de 2014
X
Hoy mi nombre es un templo sin pilares
y un tenue murmullo que sube por la garganta
Hoy mi voz es una sombra encerrada
y sangre que cae al suelo en silencio
Al borde de mis labios
se parte mi última sílaba fundamental
y me voy quedando sin deseos fugitivos
De súbito me re inventas en una hoja blanca
en un ademán urgente
en un tiempo dulce y triste
de llanto y de sueño
tan cerca de todo lo que nace nocturno
y bajo el signo del desconsuelo
En la tensión de la presa
que mira ajena su vida
y en algún dia de pulso misterioso
Hoy bajo el yugo blanco del invierno
y en su ingenua tiranía
"Nocturno de la estatua" Xavier Villaurrutia
Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de la estatua desdoblando la esquina.
Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
querer tocar el grito y sólo hallar el eco,
querer asir el eco y encontrar sólo el muro
y correr hacia el muro y tocar un espejo.
Hallar en el espejo la estatua asesinada,
sacarla de la sangre de su sombra,
vestirla en un cerrar de ojos,
acariciarla como a una hermana imprevista
y jugar con las flechas de sus dedos
y contar a su oreja cien veces cien cien veces
hasta oírla decir: «estoy muerta de sueño».
Lee todo en: NOCTURNO DE LA ESTATUA - Poemas de Xavier Villaurrutia http://www.poemas-del-alma.com/xavier-villaurrutia-nocturno-de-la-estatua.htm#ixzz2pjU0H6TG
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