El lago.
The lake, Edgar Allan Poe (1809-1849)
En la remota primavera de mi vida, jubilosa primavera,
Dirigí mi paso errante a una mágica ribera.
La ribera solitaria, la ribera silenciosa
De un perdido lago ignoto que circundan y oscurecen
Las negras rocas
Y espigados pinos que las auras estremecen.
Pero cuando allí la noche arroja su manto fúnebre
Y el místico y trémulo viento de su melodía,
Entonces, ¡oh!, entonces quiere despertar de su aflicción
Por el terror del lago triste, despertar el alma mía.
Y ese horror que habitaba en mi espíritu satisfecho;
Hoy, ni las joyas ni el afán de riqueza,
Como antes, llevarán mi pensammiento a contemplarlo,
Ni el amor, por más que fuese el amor de tu belleza.
La muerte estaba en el fondo de la ola ponzoñosa,
Y una tumba en lo más hondo, pérfidamente adornada
Para quien hubiera dado tregua a su amargura,
Un descanso, a los dolores de su espíritu afligido,
Y en un Edén transformado
El perdido lago ignoto, lago triste y escondido.
viernes, 24 de diciembre de 2010
sábado, 18 de diciembre de 2010
Semejanzas
Más que a semejanza del cielo fuimos concebidos con la simetria justa de un suspiro y su aliento intermitente. Resultado de una verdad tan cierta como el cuerpo, tocamos la tierra por un momento y levantamos el vuelo hacia el misterio.
Antes de ser humanos fuimos Octubre
Antes de ser humanos fuimos Octubre
Mojando noches cerradas como núcleo de tiniebla
¿Como enseñarle obediencia al mar?
¿Como caer sin la inevitable version del otro que nos desconoce en su ingenuidad?
Imaginándonos entre páginas de la memoria
Somos vida anónima e íntima
Que transcurre en el dolor
Que denominan los años en el por siempre
Espero ser de la dimensión de un arco
Mientras el huracán
Mientras no lo contundente
Sino el fuego en libertad
Nos consume sin pedirlo
Sin consultarlo
Sin lo adulto
Mojando noches cerradas como núcleo de tiniebla
¿Como enseñarle obediencia al mar?
¿Como caer sin la inevitable version del otro que nos desconoce en su ingenuidad?
Imaginándonos entre páginas de la memoria
Somos vida anónima e íntima
Que transcurre en el dolor
Que denominan los años en el por siempre
Espero ser de la dimensión de un arco
Mientras el huracán
Mientras no lo contundente
Sino el fuego en libertad
Nos consume sin pedirlo
Sin consultarlo
Sin lo adulto
lunes, 13 de diciembre de 2010
las edades del cielo
Aunque exiten las excepciones, como el audaz José Saramago quien mantuvo el dedo índice levantado siempre con una observación contundente y una pregunta flagrante, la edad en los hombres es delatada por su apreciación y relación con la maquinaria divina y su influjo directo o indirecto en su presente ó destino.
Cuando somos niños la presencia de lo divino es estrecha, inmediata y totalmente desconocida por nosotros. Al crecer nos presenta un desafio para el juicio franco y crítico, ubicando esta en un terreno donde habita lo confuso y arisco. Al llegar la edad adulta su presencia en lo que nos rodea es innegable así como sutil.
En la vejez es recurrente una reivindicación como la de un hijo quien regresa a su hogar para compartir con sus padres una emocion serena por lo misterioso.
Cuando somos niños la presencia de lo divino es estrecha, inmediata y totalmente desconocida por nosotros. Al crecer nos presenta un desafio para el juicio franco y crítico, ubicando esta en un terreno donde habita lo confuso y arisco. Al llegar la edad adulta su presencia en lo que nos rodea es innegable así como sutil.
En la vejez es recurrente una reivindicación como la de un hijo quien regresa a su hogar para compartir con sus padres una emocion serena por lo misterioso.
martes, 30 de noviembre de 2010
"La fuente de Carmen Amaya" de José Fierro
A César González Ruano, restituyéndole lo
que tomé prestado de uno de sus magistrales artículos
No el mar, sino esta fuente junto al mar.
Y la ciudad, detrás. (Qué importa la ciudad.
La ciudad era tiempo: primero, Roma y sus murallas,
y sucesivamente, peces de barras rojas en el lomo,
rejerías y olivas, el poderío de las naves
de la Corona de Aragón.
Más tarde, un diálogo de humos.)
La ciudad era un diálogo de aguas
―la fuente, el mar―; la vida, un diálogo de aguas,
una chiquillería desnudita y morena.
Y un griterío, un amontonamiento
en aquel aire cálido.
Y olor a hogueras, que no tienen tiempo.
Siempre a espaldas del tiempo.
Y nada más que ojos oscuros
para mirar, mirar, mirar...
Esto ocurría en lo que llaman,
los que no son de nuestra raza, pasado.
De noche me acercaba a las olas.
Las olas no ocultaban ruiseñores
como el agua del cántaro que yo apoyaba en la cadera.
De noche, entre las olas, de cara al tiempo congelado,
sonaba el mar a hojas de otoño, pisoteadas por los pájaros.
Ceñía mis tobillos de diamantes.
Allí era el reino del vaivén, del ritmo,
de lo eterno acunado. El mar tampoco,
como si fuera de mi raza, se encadenaba al tiempo.
Sonaba en mis oídos el ruiseñor del agua de la fuente,
oía los rumores del mundo.
Mi sangre era el mar mismo.
Me contagiaba de su movimiento.
Me enseñaban las olas a no morir jamás.
Lo sin tiempo es la muerte. Y aquello, el ritmo,
el tiempo vivo, pero detenido; algo que no conoce
ni principio ni fin, que no parte ni llega.
Era el mar y la fuente junto al mar.
Y entre los dos estaba yo.
Igual que ahora. Nuevamente unidos.
Cuántos racimos de años habrá exprimido el mar.
Por cuántos sitios ―horas y lugares, qué sé yo―,
lo que dicen países, he llevado el centelleo de la espuma,
el oleaje de la llama...
Es posible que yo parezca diferente.
También quizás la fuente parezca diferente a los demás.
Yo no lo sé. Juntos estamos el mar, la fuente, yo.
Vinieron las autoridades,
artistas, periodistas, gentes que leen mi nombre en los
periódicos.
Me dijeron que era mía la fuente
(cómo podían darme lo que era mío, mi vida, el mar, las
nubes).
No pudieron matar mi vida, restituirme al tiempo,
cuando hablaban y hablaban del ayer, la gitana
de Somorrostro, y otra vez aquello del arte y de la gloria,
y más palabras sin sentido
que siguen pronunciando mientras me acerco hasta mi
fuente,
y adorno mis muñecas con sus helados brazaletes,
y humedezco mis sienes, mezclo sus aguas con mis
lágrimas.
Porque ahora pienso que he olvidado el cántaro,
y la tarde se queda sin ruiseñor que la ilumine,
y tengo miedo de volver sin agua,
y no sé dónde está el cántaro
y mi madre me va a reñir
porque a ver cómo vamos a guisar,
a lavar la ropita de los niños...
Y yo no sé qué le diré para que pueda comprenderlo.
(De Libro de las alucinaciones, 1964)
que tomé prestado de uno de sus magistrales artículos
No el mar, sino esta fuente junto al mar.
Y la ciudad, detrás. (Qué importa la ciudad.
La ciudad era tiempo: primero, Roma y sus murallas,
y sucesivamente, peces de barras rojas en el lomo,
rejerías y olivas, el poderío de las naves
de la Corona de Aragón.
Más tarde, un diálogo de humos.)
La ciudad era un diálogo de aguas
―la fuente, el mar―; la vida, un diálogo de aguas,
una chiquillería desnudita y morena.
Y un griterío, un amontonamiento
en aquel aire cálido.
Y olor a hogueras, que no tienen tiempo.
Siempre a espaldas del tiempo.
Y nada más que ojos oscuros
para mirar, mirar, mirar...
Esto ocurría en lo que llaman,
los que no son de nuestra raza, pasado.
De noche me acercaba a las olas.
Las olas no ocultaban ruiseñores
como el agua del cántaro que yo apoyaba en la cadera.
De noche, entre las olas, de cara al tiempo congelado,
sonaba el mar a hojas de otoño, pisoteadas por los pájaros.
Ceñía mis tobillos de diamantes.
Allí era el reino del vaivén, del ritmo,
de lo eterno acunado. El mar tampoco,
como si fuera de mi raza, se encadenaba al tiempo.
Sonaba en mis oídos el ruiseñor del agua de la fuente,
oía los rumores del mundo.
Mi sangre era el mar mismo.
Me contagiaba de su movimiento.
Me enseñaban las olas a no morir jamás.
Lo sin tiempo es la muerte. Y aquello, el ritmo,
el tiempo vivo, pero detenido; algo que no conoce
ni principio ni fin, que no parte ni llega.
Era el mar y la fuente junto al mar.
Y entre los dos estaba yo.
Igual que ahora. Nuevamente unidos.
Cuántos racimos de años habrá exprimido el mar.
Por cuántos sitios ―horas y lugares, qué sé yo―,
lo que dicen países, he llevado el centelleo de la espuma,
el oleaje de la llama...
Es posible que yo parezca diferente.
También quizás la fuente parezca diferente a los demás.
Yo no lo sé. Juntos estamos el mar, la fuente, yo.
Vinieron las autoridades,
artistas, periodistas, gentes que leen mi nombre en los
periódicos.
Me dijeron que era mía la fuente
(cómo podían darme lo que era mío, mi vida, el mar, las
nubes).
No pudieron matar mi vida, restituirme al tiempo,
cuando hablaban y hablaban del ayer, la gitana
de Somorrostro, y otra vez aquello del arte y de la gloria,
y más palabras sin sentido
que siguen pronunciando mientras me acerco hasta mi
fuente,
y adorno mis muñecas con sus helados brazaletes,
y humedezco mis sienes, mezclo sus aguas con mis
lágrimas.
Porque ahora pienso que he olvidado el cántaro,
y la tarde se queda sin ruiseñor que la ilumine,
y tengo miedo de volver sin agua,
y no sé dónde está el cántaro
y mi madre me va a reñir
porque a ver cómo vamos a guisar,
a lavar la ropita de los niños...
Y yo no sé qué le diré para que pueda comprenderlo.
(De Libro de las alucinaciones, 1964)
martes, 23 de noviembre de 2010
símbolos
Y aunque perdamos solo un poco
de algo jamás negó su naturaleza súbita
al final de cuentas fuimos del todo ciertos
Pues antes de este rojo
en el corazón que a saltos impulsa la sangre
existia un camino sin conocer
sin movimiento, sin trayectoria
y es por eso que decidimos recorrerlo
Para entonces ser aquellos que fuimos ahora y por siempre
símbolos
de algo jamás negó su naturaleza súbita
al final de cuentas fuimos del todo ciertos
Pues antes de este rojo
en el corazón que a saltos impulsa la sangre
existia un camino sin conocer
sin movimiento, sin trayectoria
y es por eso que decidimos recorrerlo
Para entonces ser aquellos que fuimos ahora y por siempre
símbolos
lunes, 22 de noviembre de 2010
Tan diferentes como cercanas
A casi tres años de iniciada una aventura súbita en el histórico territorio queretano para dejar atrás las posibilidades y desventajas de una vida en el Distrito Federal, puedo decir que la gran diferencia entre las mujeres queretanas y las defeñas es que las primeras no han aprendido a mentir.
Y es que pese a mi casi nula experiencia en el ramo, hay situaciones que asi lo señalan y en las que no se requiere de un ojo experto para detectarlas.
También es de superlativa importancia destacar que, aunque no han aprendido, ni así mismo desarrollado las más aventajadas, el mentir como ciencia, no han desarrollado tampoco la abierta franqueza para señalar puntos débiles ya sea en los desventurados que no gocen de su simpatía o en sus congéneres. Y con "puntos débiles" no me refiero como podria pensarse si estuvieramos en una época ateniense, a una desventaja o incapacidad para resolver situciones que requieran de destreza física o mental, sino de resolver de manera más o menos exótica o desfortunada los colores de algún vestido o prenda.
Además de esta franqueza, las oriundas de la capital del país cuentan también con otra capacidad tan afilada como los colmillos de una mamba negra que es, en sentido estricto, opuesta a la virtud mencionada anteriormente: la maestría en el recurso del sarcasmo, del que, en caso de considerarlo prudente, hablaré más adelante.
Y no hay en éste texto ningún tipo de resentimiento ni reproche en contra de las capitalinas, estas son cualidades que definitivamente exhiben una libertad en algunos casos lustrada con prudencia, en otros resultado natural del mecanismo de defensa en contra de un entorno hostil.
En ambos casos mi experiencia con mujeres queretanas o defeñas ha resultado definitivamente enriquecedora. Siempre hay sutileza, siempre hay una latente aspiración para adentrarme en nuevos universos cálidos y misteriosos.
Propongo 2 ejemplos que ayuden a entender este veredicto. No son los únicos, pero sin duda han sido los más memorables, además de ser los que no se han separados de mi memoria y que me han impulsado a escribir estas lineas. Pertinente es aclarar ahora que no es éste el resultado de un concienzudo estudio estadístico encomendado por el INEGI, sino de experiencias que han llamado mi atención.
Hace un par de noches, mientras hacía una sesión de fotos en un concierto de rock, un compañero (lo supuse al ver que tenia colgada una cámara fotográfica y sostenia con la mano derecha una de video) se acercó a mí para pedirme algunas tomas de unas modelos que venían acompañándolo desde la capital del país y que momentos más adelante subirian al escenario a contonearse y bailar para en íntima complicidad con los músicos "encender" a los asistentes. Sin dudarlo, rotundamente accedí.
Al término de este maravilloso evento, nos reunimos, el empresario y yo, trás el escenario para ponernos de acuerdo sobre la manera de entregarle el material fotográfico y además, para hacer una última toma con las modelos y el empresario reunidos.
Una vez terminada mi colaboración, según yo, con este alegre grupo, el empresario me propone fotografiarme con ellas.
Accedo aunque no con mucho entusiasmo, nunca me ha gustado retratarme ni con figuras públicas, ni políticos, ni super estrellas y bueno, siguiendo esa linea, las bailarinas exóticas no me parecen de naturaleza muy distinta. Así que para hacerme la situación mas cómoda tengo la idea de montarme en un personaje de "chulo" o "pimp" (arqueo las cejas con un desorbitada arrogancia, levanto la barbilla y sostengo el cuello de mi sueter con ambas manos) ante esta espontaneidad una de ellas, de una abundante cabellera rubia según recuerdo, voltea a verme y ante mi postura me replica: "ya hombre, quita esa cara de intelectual".
Ahora va el segundo ejemplo:
Al dirigirme hacia el evento desafortunadamente llamado "Festival del taco", me desvia una llamada telefónica que me indica que me dirija hacia una colonia en la periferia de la ciudad y en el extremo opuesto al evento agendado por los editores de espectáculos y sociales, para hacer el testimonio gráfico de una detención de un narcomenudista.
No se si por la resistencia del presunto delincuente a ser detenido para aferrar a la memoria los detalles mínimos del hasta entonces hogar o debido a un operativo poco apresurado por parte de los heroes de una sociedad libre de sustancias sicotrópicas, pero se alargó este súbito evento por más de 40 minutos, por lo que recomendé a la reportera llamara a su jefa inmediata para explicarle que no habia manera de llegar a tiempo a su espectacular festival.
Después de discutir la manera en que estructuraría convincentemente en su argumento el incumplimiento al cubrir su evento, propuse, y lo digo de manera franca, pués con su respuesta daría forma a las sospechas que dan vida a este texto, mintiera y le explicara a la editora que aunque ya se encontraba en el evento no habia forma de cumplir su tarea eficientemente pués no había los elementos necesarios. Al escuchar mi propuesta la reportera declinó respondiendo: "no, mejor le digo las cosas como realmente son". Desición que comprometia en cierto grado su seguridad, pues bien pudo insistir la jefa en que abandonara este lugar y se encaminara hacía su evento, Logrando con esto que la reportera, una niña de 24 años y de apariencia tan feroz como una esfera, caminara por varias cuadras en una colonia que no hace falta decir es peligrosa, hasta la avenida más cercana, tomara un taxi y atravezara completamente la ciudad.
Y es que pese a mi casi nula experiencia en el ramo, hay situaciones que asi lo señalan y en las que no se requiere de un ojo experto para detectarlas.
También es de superlativa importancia destacar que, aunque no han aprendido, ni así mismo desarrollado las más aventajadas, el mentir como ciencia, no han desarrollado tampoco la abierta franqueza para señalar puntos débiles ya sea en los desventurados que no gocen de su simpatía o en sus congéneres. Y con "puntos débiles" no me refiero como podria pensarse si estuvieramos en una época ateniense, a una desventaja o incapacidad para resolver situciones que requieran de destreza física o mental, sino de resolver de manera más o menos exótica o desfortunada los colores de algún vestido o prenda.
Además de esta franqueza, las oriundas de la capital del país cuentan también con otra capacidad tan afilada como los colmillos de una mamba negra que es, en sentido estricto, opuesta a la virtud mencionada anteriormente: la maestría en el recurso del sarcasmo, del que, en caso de considerarlo prudente, hablaré más adelante.
Y no hay en éste texto ningún tipo de resentimiento ni reproche en contra de las capitalinas, estas son cualidades que definitivamente exhiben una libertad en algunos casos lustrada con prudencia, en otros resultado natural del mecanismo de defensa en contra de un entorno hostil.
En ambos casos mi experiencia con mujeres queretanas o defeñas ha resultado definitivamente enriquecedora. Siempre hay sutileza, siempre hay una latente aspiración para adentrarme en nuevos universos cálidos y misteriosos.
Propongo 2 ejemplos que ayuden a entender este veredicto. No son los únicos, pero sin duda han sido los más memorables, además de ser los que no se han separados de mi memoria y que me han impulsado a escribir estas lineas. Pertinente es aclarar ahora que no es éste el resultado de un concienzudo estudio estadístico encomendado por el INEGI, sino de experiencias que han llamado mi atención.
Hace un par de noches, mientras hacía una sesión de fotos en un concierto de rock, un compañero (lo supuse al ver que tenia colgada una cámara fotográfica y sostenia con la mano derecha una de video) se acercó a mí para pedirme algunas tomas de unas modelos que venían acompañándolo desde la capital del país y que momentos más adelante subirian al escenario a contonearse y bailar para en íntima complicidad con los músicos "encender" a los asistentes. Sin dudarlo, rotundamente accedí.
Al término de este maravilloso evento, nos reunimos, el empresario y yo, trás el escenario para ponernos de acuerdo sobre la manera de entregarle el material fotográfico y además, para hacer una última toma con las modelos y el empresario reunidos.
Una vez terminada mi colaboración, según yo, con este alegre grupo, el empresario me propone fotografiarme con ellas.
Accedo aunque no con mucho entusiasmo, nunca me ha gustado retratarme ni con figuras públicas, ni políticos, ni super estrellas y bueno, siguiendo esa linea, las bailarinas exóticas no me parecen de naturaleza muy distinta. Así que para hacerme la situación mas cómoda tengo la idea de montarme en un personaje de "chulo" o "pimp" (arqueo las cejas con un desorbitada arrogancia, levanto la barbilla y sostengo el cuello de mi sueter con ambas manos) ante esta espontaneidad una de ellas, de una abundante cabellera rubia según recuerdo, voltea a verme y ante mi postura me replica: "ya hombre, quita esa cara de intelectual".
Ahora va el segundo ejemplo:
Al dirigirme hacia el evento desafortunadamente llamado "Festival del taco", me desvia una llamada telefónica que me indica que me dirija hacia una colonia en la periferia de la ciudad y en el extremo opuesto al evento agendado por los editores de espectáculos y sociales, para hacer el testimonio gráfico de una detención de un narcomenudista.
No se si por la resistencia del presunto delincuente a ser detenido para aferrar a la memoria los detalles mínimos del hasta entonces hogar o debido a un operativo poco apresurado por parte de los heroes de una sociedad libre de sustancias sicotrópicas, pero se alargó este súbito evento por más de 40 minutos, por lo que recomendé a la reportera llamara a su jefa inmediata para explicarle que no habia manera de llegar a tiempo a su espectacular festival.
Después de discutir la manera en que estructuraría convincentemente en su argumento el incumplimiento al cubrir su evento, propuse, y lo digo de manera franca, pués con su respuesta daría forma a las sospechas que dan vida a este texto, mintiera y le explicara a la editora que aunque ya se encontraba en el evento no habia forma de cumplir su tarea eficientemente pués no había los elementos necesarios. Al escuchar mi propuesta la reportera declinó respondiendo: "no, mejor le digo las cosas como realmente son". Desición que comprometia en cierto grado su seguridad, pues bien pudo insistir la jefa en que abandonara este lugar y se encaminara hacía su evento, Logrando con esto que la reportera, una niña de 24 años y de apariencia tan feroz como una esfera, caminara por varias cuadras en una colonia que no hace falta decir es peligrosa, hasta la avenida más cercana, tomara un taxi y atravezara completamente la ciudad.
lunes, 8 de noviembre de 2010
"A los veinte años tu sexo olia profundamente" por Eduardo Milán
A los veinte años tu sexo olía profundamente,
antiguo, tibio, una raíz sin frío, precaria
aun viniendo de un pasado tan hondo, mítico
de atreverse a atravesar la selva sin ser visto.
Voz de ánima en pena que busca un continente,
África donde agarrarse, desgarrada. Pero volviendo,
el sexo de la mujer tiene una autonomía rara
como si le perteneciera y como si le fuera ajeno,
ajenjo, independiente, estado ebrio. Vive en la fiebre
su larga memoria que lo habilita al delirio. Sus labios
son verdaderos labios. Una raíz que no es una raíz
pero parece por su resonancia. A partir de un punto
el poema son innumerables ecos, aguas liberadas, felices
de expansivas después de ser tocadas.
antiguo, tibio, una raíz sin frío, precaria
aun viniendo de un pasado tan hondo, mítico
de atreverse a atravesar la selva sin ser visto.
Voz de ánima en pena que busca un continente,
África donde agarrarse, desgarrada. Pero volviendo,
el sexo de la mujer tiene una autonomía rara
como si le perteneciera y como si le fuera ajeno,
ajenjo, independiente, estado ebrio. Vive en la fiebre
su larga memoria que lo habilita al delirio. Sus labios
son verdaderos labios. Una raíz que no es una raíz
pero parece por su resonancia. A partir de un punto
el poema son innumerables ecos, aguas liberadas, felices
de expansivas después de ser tocadas.
viernes, 29 de octubre de 2010
De oscuras caen las voces
De tanto palpitar mi corazón huele a herida que no cierra
y bajo la luz ciega que genero no hay ventanas para abrir
De estas caricias crecen mares negros
crepúsculos de heroes
precipicios y caidas
Callo así nuestro amanecer en cada tarde
y no es el olvido ni el secuestro
es el miedo para volar
Pues quien ha aprendido a volar no vuelve,
sigue hasta perdese en el infinito
Para volar y caer hay palabras
la mayoria dictan confusión
dentro del oscuro oceano en el pecho
donde anidan flores de eclipse
y enigmas de estrella
que sombra la incertidumbre nuestra
Para romperme los candados el único jurado
es el presente
Ese nombre exhalación
en el que encotramos el espacio digno
y su palpitar de niebla
es dolor consistente en hacernos uno
no con lo que sabemos
sino con lo que por desdén dejamos de percibir
así la convulsa naturaleza nuestra
Y que más ciudad-caricia-luz
que el silencio concentrico que atrae hacia la noche
Esperemos belleza, aquí, en la penumbra
en la soledad de unos brazos
y bajo la luz ciega que genero no hay ventanas para abrir
De estas caricias crecen mares negros
crepúsculos de heroes
precipicios y caidas
Callo así nuestro amanecer en cada tarde
y no es el olvido ni el secuestro
es el miedo para volar
Pues quien ha aprendido a volar no vuelve,
sigue hasta perdese en el infinito
Para volar y caer hay palabras
la mayoria dictan confusión
dentro del oscuro oceano en el pecho
donde anidan flores de eclipse
y enigmas de estrella
que sombra la incertidumbre nuestra
Para romperme los candados el único jurado
es el presente
Ese nombre exhalación
en el que encotramos el espacio digno
y su palpitar de niebla
es dolor consistente en hacernos uno
no con lo que sabemos
sino con lo que por desdén dejamos de percibir
así la convulsa naturaleza nuestra
Y que más ciudad-caricia-luz
que el silencio concentrico que atrae hacia la noche
Esperemos belleza, aquí, en la penumbra
en la soledad de unos brazos
martes, 19 de octubre de 2010
He doblado mis lamentos- Bob Kaufman
He doblado mis lamentos bajo el manto de una noche de verano
Dándole a cada breve tormenta el espacio que le toca en el tiempo,
En silencio, persiguiendo historias catastróficas enterradas en mis ojos,
Y sí, el mundo no es cualquier Partida Cósmica sin jugar,
Y el sol sigue a noventa y tres millones de millas de mí,
Y en el bosque imaginario, el redondeado hipopótamo se convierte
en el unicornio gay.
No, mi movimiento no incluye a los confusos guardianes de los
desastres de ayer,
Exploradores del destripamiento manifiesto en las empaladas de los dolores de ayer.
Los blues vienen vestidos como los ecos introspectivos de un viaje.
Y sí, he buscado los aposentos de la luna en las frías
noches de verano.
Y sí, he revivido una y otra vez esos encuentros interminables,
Inmóviles, aún sin terminar.
Y sí, a veces he querido ser algo diferente.
Las tragedias se cantan cada noche en los funerales del poeta;
El alma revisitada se cubre con el aura de la familiaridad.
lunes, 18 de octubre de 2010
Lo humano y su diferencia
Si quieres saber de que estas hecho, transcurre una de tus noches en vela, rodeado de pinos en valles fulgurantes en reino fungi.
Y bajo la incertudumbre de la tormenta: reconciliación. Se abren las venas del cielo sobre la tierra y la piel, y seguimos senderos entre aullidos celestes.
Entonces escucharás la respiración mortuoria de un cerro, su brisa negra arrastrando hojas con su autoritaria y soberbia dictadura. En su exhalación, visiones del pasado en que no deseabas nada, pero en el que tu alma se prendaba de una golondrina, asi permanecerás entre vestigios.
Esta será la música que transcurre cuando callas intuyendo gran descubrimiento.
Esta será la música que transcurre cuando callas intuyendo gran descubrimiento.
Y antes del amanecer, recoge el reflejo tenue de la luna sobre el rio y guárdalo sobre tu rostro, así, no una vez, sino hasta que el corazón lo permita.
Es dificil determinar cuado dejamos de ser absolutamente naturales, lo que si podemos, con certeza decir es que somos pretenciosamente científicos y penosamente empíricos.
Es dificil determinar cuado dejamos de ser absolutamente naturales, lo que si podemos, con certeza decir es que somos pretenciosamente científicos y penosamente empíricos.
Simplificamos la experiencia humana a un sueño sin rostro.
sábado, 9 de octubre de 2010
Fuimos, espero seamos nuevamente
Leo: "...El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo...",cierro el libro y entonces propongo nos reunamos todos, sin excepción (nombro algunos: curas, merolicos, gitanos, inventores compulsivos, poetas revolucionarios, soñadores ingrávidos, perros callejeros y anexos) alrededor de una fogata y arrojemos ahi cuanto ejemplar exista de '100 años de Soledad', bailemos, cantemos, construyamos castillos con ramas, hojas y piedras y a partir de ese punto intentemos reconstruir el mundo con la misma efervecencia creativa-destructiva, con la que esta maravilla fue concebida.
Entonces nos daremos cuenta de que tan profunda es nuestra carencia de libertad y capacacidad de asombro.
Entonces nos daremos cuenta de que tan profunda es nuestra carencia de libertad y capacacidad de asombro.
sábado, 2 de octubre de 2010
CAYÓ EL CIELO
En nuestros sueños nuestra alma
viaja migra alcanza anhelosa
nuestro polo ártico y nuestra voz de ayer
Se sostiene la noche temblor
de secretos fantasmas y soledades
viaja migra alcanza anhelosa
nuestro polo ártico y nuestra voz de ayer
Se sostiene la noche temblor
de secretos fantasmas y soledades
lunes, 27 de septiembre de 2010
Toda palabra es vertical
Amaneció una golondrina entre mis labios
mi primer instinto fue retenerla
pués jamás alguien ha sabido hacia donde volarán los sueños
ni el tibio remanso incendiando tras la lengua
en el cuerpo de lo vivo
Pero como todo lo eterno:
nace vuela
su espacio es el viento;
y bajo sus alas
nosotros alimentamos el misterio
¿No es el canto tan ligero
que eleva incluso la voz y al pensamiento al cielo?
Ocupó su lugar
y así me dejó
con un espectro entre los dedos
Y de súbito regresa a mis labios
esta belleza mínima, aerea y convulsa
volví a nacer
mi primer instinto fue retenerla
pués jamás alguien ha sabido hacia donde volarán los sueños
ni el tibio remanso incendiando tras la lengua
en el cuerpo de lo vivo
Pero como todo lo eterno:
nace vuela
su espacio es el viento;
y bajo sus alas
nosotros alimentamos el misterio
¿No es el canto tan ligero
que eleva incluso la voz y al pensamiento al cielo?
Ocupó su lugar
y así me dejó
con un espectro entre los dedos
Y de súbito regresa a mis labios
esta belleza mínima, aerea y convulsa
volví a nacer
¿Quién le da muerte a un fantasma?
Mientras sus dedos tamborilean una melodia negra sobre mis labios
una repentina lumbre sube desde dentro,
hasta tomar forma de lágrimas
aqui no duermo más
Hundo en la noche mis pensamientos
la lleno de sílabas, de frases, mareas y sismos
Y en un rincón, el dia dice sus secretos
que tiemblan como las sombras de una vela
como la dulce estela que atravieza un pantano
Y nuevamente melodias negras
que aparecen sólo en las noches que no se sueñan entre dos
en la esquina donde anidó tu recuerdo
en mi esperanza que se resiste al invierno
una repentina lumbre sube desde dentro,
hasta tomar forma de lágrimas
aqui no duermo más
Hundo en la noche mis pensamientos
la lleno de sílabas, de frases, mareas y sismos
Y en un rincón, el dia dice sus secretos
que tiemblan como las sombras de una vela
como la dulce estela que atravieza un pantano
Y nuevamente melodias negras
que aparecen sólo en las noches que no se sueñan entre dos
en la esquina donde anidó tu recuerdo
en mi esperanza que se resiste al invierno
martes, 14 de septiembre de 2010
Resquicios
Este decir incurable
mitad música, mitad sueño, mitad poesía
es otra forma de abrazo
de vuelo
Conjugado presente con misterio
expuesto al segundo que escapa
entre eterno, olvido y belleza
Caida infinta desde el orden
en que cada cuerpo ofrece una edad sin nombre
donde se nos extinguen las olas
que derribaron mentiras
¿Pero no son las nubes un emisario?
¿Un cuerpo celeste de duda, de convulsión ante el rayo?
Con la sangre corriendo a raudales
este grito de sangre nueva
mitad música, mitad sueño, mitad poesía
es otra forma de abrazo
de vuelo
Conjugado presente con misterio
expuesto al segundo que escapa
entre eterno, olvido y belleza
Caida infinta desde el orden
en que cada cuerpo ofrece una edad sin nombre
donde se nos extinguen las olas
que derribaron mentiras
¿Pero no son las nubes un emisario?
¿Un cuerpo celeste de duda, de convulsión ante el rayo?
Con la sangre corriendo a raudales
este grito de sangre nueva
lunes, 13 de septiembre de 2010
Instrumentos de sol
Todo un mundo entre nuestras manos;
el amor nacido trás el rayo
que iluminó al mar en la mirada
y al vértigo bajo el blanco flujo de las letras
Nuestra verdad, más cierta que el cuerpo
tan necesaria en este mundo de silencios
de olvido
no dejará de palpitar entre la niebla
El revés negro corriendo en el torrente sanguineo
que atravieza signos, muecas y ruinas
no consumirá más al tibio temblor que nos recorre desde la orilla
Todo un mundo cabe, siempre tan breve
siempre hasta que el corazón lo perdona
Seamos profundamente amados,
que al caer soñaremos, como hasta hoy lo hemos hecho
con una belleza al fondo desnudo del velo
deshilandose en nuestra boca
Cantemos a las transformaciones posibles
ocurridas en este instante
abandonemos al mundo ciego nacido en el pasado
sin centro, a merced del miedo
Entre nuestras manos
capturemos otra vida
que escuche "no ser"
y se aleje titubeante
el amor nacido trás el rayo
que iluminó al mar en la mirada
y al vértigo bajo el blanco flujo de las letras
Nuestra verdad, más cierta que el cuerpo
tan necesaria en este mundo de silencios
de olvido
no dejará de palpitar entre la niebla
El revés negro corriendo en el torrente sanguineo
que atravieza signos, muecas y ruinas
no consumirá más al tibio temblor que nos recorre desde la orilla
Todo un mundo cabe, siempre tan breve
siempre hasta que el corazón lo perdona
Seamos profundamente amados,
que al caer soñaremos, como hasta hoy lo hemos hecho
con una belleza al fondo desnudo del velo
deshilandose en nuestra boca
Cantemos a las transformaciones posibles
ocurridas en este instante
abandonemos al mundo ciego nacido en el pasado
sin centro, a merced del miedo
Entre nuestras manos
capturemos otra vida
que escuche "no ser"
y se aleje titubeante
sábado, 11 de septiembre de 2010
jueves, 9 de septiembre de 2010
trascendencia
Gustav Meyrink, escritor místico que, sin saberlo, era asimismo un poeta de la psicología profunda, dejó dispuesto que en su tumba debería aparecer como único símbolo una cruz de brazos iguales, formada por dos simples líneas cruzándose en ángulo recto, como partiendo el espacio en cuatro cuarteles en los que deberían escribirse las letras V- I- V- O, que, como explicaba para quienes no supieran latín, corresponden a la primera persona del singular del presente de indicativo del verbo vivere, que significa: yo vivo.
Por: Luis Montiel/ Fractal
sábado, 21 de agosto de 2010
Nimbus
Zapatos en reposo después de haber servido en la aventura errante, la huella de retratos colgados en las paredes y sillas vacias, en cada cosa late con hastio la ausencia de los cercanos. Al terminar este recorrido, su mirada se aleja hacia las nubes que con su magnifica oscuridad preñan al cielo y recuerda que hace años, un súbito relampago en la espina, lo llevó a enfrentarse a sus padres para salir en medio de una tormenta y cavar un agujero en la tierra. Ni ellos, ni él mismo sabian entonces de su necesidad de capturar, por un momento, algo que llegó del cielo.
Antes de dormir, el anciano ha recordado porque es poeta.
Antes de dormir, el anciano ha recordado porque es poeta.
jueves, 19 de agosto de 2010
Caminos Solitarios
Es entre nieblas
y en el escalofrio del camino solitario
donde la verdad detiene al tiempo
y el aliento entre palabras se esconde
Nos muere y agrieta
quien hunde su mano en nuestra frente
separando las estrellas
Siempre miseria nuestra
Guarda celosa nuestros dias bajo su vientre
donde ennegrece estrechas veredas
Bocanada dentro del pecho airado
que se ofrece en cielo raso
nos lleva a la caida y despedida
de esta imagen oscilante
que alguna vez tuvimos la inocencia de llamar "nosotros"
y en el escalofrio del camino solitario
donde la verdad detiene al tiempo
y el aliento entre palabras se esconde
Nos muere y agrieta
quien hunde su mano en nuestra frente
separando las estrellas
Siempre miseria nuestra
Guarda celosa nuestros dias bajo su vientre
donde ennegrece estrechas veredas
Bocanada dentro del pecho airado
que se ofrece en cielo raso
nos lleva a la caida y despedida
de esta imagen oscilante
que alguna vez tuvimos la inocencia de llamar "nosotros"
lunes, 9 de agosto de 2010
Pierrot
La comedia del arte ha sido inspiración para varios pintores a lo largo de la historia tales como Paul Cezanne, Pablo Picasso, Joan Miró y Andre Derain. El arlequín es unos de los personajes mas retratados gracias a las tremendas posibilidades cromáticas que ofrecÃan sus coloridos vestidos. por otro lado, tenemos al pierrot,un mimo triste enamorado de la luna, mas atractivo por su carácter melancólico y poético que por su blanquecina figura.
Un tímido brillo lunar
Guardó en tu garganta el canto de los nostálgicos
para ser encontrado solo por seres nocturnos
Camino que te abres entre sus labios
florece tu canción diafana
y llena de estrellas su sangre
Nadie nacido de la lluvia
obtendrá su voz virtuosa
en este silencio que zurca
Nadie nacido bajo temperamentos de fuego
será tan favorecido en sueños
miércoles, 14 de julio de 2010
Religión poética
Antes de morir encontraré la música que se desprende de la noche
milagro que transcurre entre sueños
A nuestros demonios hechos cuerpo, alma, corazón y futuro
arrebatada comunión entre caricia y muerte
Pediré a nuestros secretos ocultos tras cada sombra temblorosa
escuchar las voces de los enterrados
Soñaré entre luminosas cuerdas que caen del cielo
todo lo que callé mientras castigaban soberbias miradas
Antes de morir recordaré boca tras boca hechas una cicatriz en la piel
y te encontraré antes de todo, después de siempre
lunes, 28 de junio de 2010
Hallaré un silencio necesario
Existe una palabra enterrada profundamente en mi sangre
corazón donde un misterio descansa
Al abrir los labios un flujo luminoso
la voz ha renunciado a salvarse
Entonces te encuentro
y pido que vueles lejos
antes que mi camino se vaya contigo
corazón donde un misterio descansa
Al abrir los labios un flujo luminoso
la voz ha renunciado a salvarse
Entonces te encuentro
y pido que vueles lejos
antes que mi camino se vaya contigo
Les Pathetiques
Cuando comienzo a pensar que no hay mujeres que merezcan mejor poesía que las que han dejado el mundo hace cientos de años, decido entonces que es mejor dejar de buscar la belleza en los libros y salgo por ella a la calle. Y es ahí que encuentro a la belleza de mis sueños, a la terrible belleza que no atrevo a mirar directo al rostro y regreso a tratar de leer en silencio .
martes, 22 de junio de 2010
Callar puede ser una música... (Poesía Vertical VI - 20) Roberto Juarroz
Callar puede ser una música,
una melodía diferente,
que se borda con hilos de ausencia
sobre el revés de un extraño tejido.
La imaginación es la verdadera historia del mundo.
La luz presiona hacia abajo.
La vida se derrama de pronto por un hilo suelto.
Callar puede ser una música
o también el vacío
ya que hablar es taparlo.
O callar puede ser tal vez
la música del vacío.
una melodía diferente,
que se borda con hilos de ausencia
sobre el revés de un extraño tejido.
La imaginación es la verdadera historia del mundo.
La luz presiona hacia abajo.
La vida se derrama de pronto por un hilo suelto.
Callar puede ser una música
o también el vacío
ya que hablar es taparlo.
O callar puede ser tal vez
la música del vacío.
domingo, 20 de junio de 2010
A quien corresponda
Le hablo a quien en la cama de un hospital supo olvidar el frio
a quien dejó la tierra con un salto
a quien creía de verdad en el cielo
y se entregó en esa madrugada de llovizna
Te hablo a ti
sin decir aun nada por decir
que sin buscar
tuviste eco
entre las hojas arrastradas antes del invierno
después del impulso en las palabras
tras ese camino
tras ese destino
Se borraron las líneas de las manos
las caricias
lo que nunca se detiene
mis variaciones bélicas
y amaneció de nuevo
Te hablo a ti quien se
descubrió tras el misterio
a quien dejó la tierra con un salto
a quien creía de verdad en el cielo
y se entregó en esa madrugada de llovizna
Te hablo a ti
sin decir aun nada por decir
que sin buscar
tuviste eco
entre las hojas arrastradas antes del invierno
después del impulso en las palabras
tras ese camino
tras ese destino
Se borraron las líneas de las manos
las caricias
lo que nunca se detiene
mis variaciones bélicas
y amaneció de nuevo
Te hablo a ti quien se
descubrió tras el misterio
martes, 8 de junio de 2010
II
Si mi destino es el aire
A la fantasía de tu cielo mis palabras pretenden
Sin gesto tímido atravesarán valles de olvido
y tocarán de día al animal herido
Si mi camino es de viento
Con la maravilla del vértigo me entrego al vuelo
El corazón necesita al nido
de la voz abierta
a los caminos en parvadas
mientras el vuelo necesita no detenerse a beber de las cosas demasiado eternas
A la fantasía de tu cielo mis palabras pretenden
Sin gesto tímido atravesarán valles de olvido
y tocarán de día al animal herido
Si mi camino es de viento
Con la maravilla del vértigo me entrego al vuelo
El corazón necesita al nido
de la voz abierta
a los caminos en parvadas
mientras el vuelo necesita no detenerse a beber de las cosas demasiado eternas
lunes, 31 de mayo de 2010
Preguntas Difíciles
Esa noche al regresar a su casa, cerró cuidadosamente la puerta, con el fin de no hacer el mínimo ruido. Se acercó a la ventana y miró el tenue brillo de la luna en el anular de su mano izquierda.
Adormilado y a medio vestir, su hijo no mayor de 7 años se acerca y le pregunta: ¿De donde vienes?, ¿Qué pasó?
Con una bola en la garganta que le dificultaba el paso de saliva y un desprecio mal fingido respondió: Nada hijo, solo un perro revolcándose en la basura.
Adormilado y a medio vestir, su hijo no mayor de 7 años se acerca y le pregunta: ¿De donde vienes?, ¿Qué pasó?
Con una bola en la garganta que le dificultaba el paso de saliva y un desprecio mal fingido respondió: Nada hijo, solo un perro revolcándose en la basura.
sábado, 29 de mayo de 2010
Tráfico pesado, por Víctor Redondo
Un pájaro con un cajón en la boca.
Un galeón de oro tripulado por ratones blancos.
Un pez que cuando nada a dos aguas desgarra
(el casco de todos los barcos.
Una hora de nuestra vida que no lograremos recordar.
Una botella de whisky vacía con la lengua de un náufrago.
Una palabra que no podré decir cuando me vaya.
Un vagabundo durmiendo bajo un puente.
Un barco cuya tripulación no conoce el mar.
Un error que volverás a cometer.
Una fantasía homosexual que te obsesiona.
Un verdugo aterrorizado afeitándose con una navaja (frente a un espejo.
Un vagón del subterráneo donde ella murmura:
('Todo está perdido'.
La soledad de un hombre que viaja por sus venas (y se pierde antes de llegar.
El dar vuelta los relojes para evitar el degüello.
El espacio interior vacío de un ataúd y el espacio que lo rodea.
El imán que no atrae ni a su sombra.
Una iglesia de sillas eléctricas.
El abanico fantástico con el que podrías
(atraer planetas hasta tu ventana.
Todo lo que cabe en un espacio similar al triángulo
(formado por el ángulo de inclinación
de la Torre de Pisa.
Nunca asesines a quien no amas.
Trafica tus segundos con la eternidad.
Un galeón de oro tripulado por ratones blancos.
Un pez que cuando nada a dos aguas desgarra
(el casco de todos los barcos.
Una hora de nuestra vida que no lograremos recordar.
Una botella de whisky vacía con la lengua de un náufrago.
Una palabra que no podré decir cuando me vaya.
Un vagabundo durmiendo bajo un puente.
Un barco cuya tripulación no conoce el mar.
Un error que volverás a cometer.
Una fantasía homosexual que te obsesiona.
Un verdugo aterrorizado afeitándose con una navaja (frente a un espejo.
Un vagón del subterráneo donde ella murmura:
('Todo está perdido'.
La soledad de un hombre que viaja por sus venas (y se pierde antes de llegar.
El dar vuelta los relojes para evitar el degüello.
El espacio interior vacío de un ataúd y el espacio que lo rodea.
El imán que no atrae ni a su sombra.
Una iglesia de sillas eléctricas.
El abanico fantástico con el que podrías
(atraer planetas hasta tu ventana.
Todo lo que cabe en un espacio similar al triángulo
(formado por el ángulo de inclinación
de la Torre de Pisa.
Nunca asesines a quien no amas.
Trafica tus segundos con la eternidad.
domingo, 9 de mayo de 2010
mientras la llovizna
Corazón, límite del tiempo
sé frontera entre lo frágil y el olvido
que su fragancia en mis recuerdos delata
hablo del misterio al enunciarla
de su sonrisa bajo mi boca,
de su cabeza y mi pecho durante las lloviznas
mis palabras, desfile de sombras
aspiran tocarla
pero son nocturnas, erosionadas
principio de lo mal soñado
cerca de ella tiemblo,
soy voz sobre el silencio
sé frontera entre lo frágil y el olvido
que su fragancia en mis recuerdos delata
hablo del misterio al enunciarla
de su sonrisa bajo mi boca,
de su cabeza y mi pecho durante las lloviznas
mis palabras, desfile de sombras
aspiran tocarla
pero son nocturnas, erosionadas
principio de lo mal soñado
cerca de ella tiemblo,
soy voz sobre el silencio
domingo, 25 de abril de 2010
Detrás de cada piedra
sábado, 24 de abril de 2010
Como llenarte soledad, Cernuda
Cómo llenarte, soledad,
sino contigo misma...
De niño, entre las pobres
guaridas de la tierra,
quieto en ángulo oscuro,
buscaba en ti, encendida guirnalda,
mis auroras futuras y furtivos nocturnos,
y en ti los vislumbraba,
naturales y exactos, también libres y fieles,
a semejanza mía,
a semejanza tuya, eterna soledad.
Me perdí luego por la tierra injusta
como quien busca amigos o ignorados amantes;
diverso con el mundo,
fui luz serena y anhelo desbocado,
y en la lluvia sombría o en el sol evidente
quería una verdad que a ti te traicionase,
olvidando en mi afán
cómo las alas fugitivas su propia nube crean.
Y al velarse a mis ojos
con nubes sobre nubes de otoño desbordado
la luz de aquellos días en ti misma entrevistos,
te negué por bien poco;
por menudos amores ni ciertos ni fingidos,
por quietas amistades de sillón y de gesto,
por un nombre de reducida cola en un mundo fantasma,
por los viejos placeres prohibidos
como los permitidos nauseabundos,
útiles solamente para el elegante salón susurrado,
en bocas de mentira y palabras de hielo.
Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona
que yo fui,
que yo mismo manché con aquellas juveniles traiciones;
por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos,
limpios de otro deseo,
el sol, mi dios, la noche rumorosa,
la lluvia, intimidad de siempre,
el bosque y su alentar pagano,
el mar, el mar como su nombre hermoso;
y sobre todo ellos,
cuerpo oscuro y esbelto,
te encuentro a ti, tú, soledad tan mía,
y tú me das fuerza y debilidad
como el ave cansada los brazos de la piedra.
Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,
oigo sus oscuras imprecaciones,
contemplo sus blancas caricias;
y erguido desde cuna vigilante
soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres,
por quienes vivo, aún cuando no los vea;
y así, lejos de ellos,
ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres,
roncas y violentas como el mar, mi morada,
puras ante la espera de una revolución ardiente
o rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo
cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista.
Tú, verdad solitaria,
transparente pasión, mi soledad de siempre,
eres inmenso abrazo;
el sol, el mar,
la oscuridad, la estepa,
el hombre y su deseo,
la airada muchedumbre,
¿qué son sino tú misma?
Por ti, mi soledad, los busqué un día;
en ti, mi soledad, los amo ahora.
lunes, 19 de abril de 2010
Carmesí
Mientras el viento que acaricia los silencios entre de madrugada
seguiré tras tus labios
arrastrado por lo incierto, como hojas secas
no importará la muerte esperando en la orilla
El cielo jamás volverá a ser el mismo
transfiguró su propio cielo y se hizo tuyo
la lluvia posee hoy tu tacto
tan bello en su naturaleza de tormenta
cristales llenos de futuro
sin importar el secreto del primer sol de invierno
sin importar que en silencio sea arrasado el bosque
esperaré de nuevo al viento
lunes, 5 de abril de 2010
sábado, 27 de febrero de 2010
lunes, 22 de febrero de 2010
Silencio al medio día
Conciencia, breve jardín petreo
que amanece tras ventana
granizo derramado y al poco tiempo vencido
por la soledad padecemos en llamas
tiembla nuestro reflejo en agua estrangulada
Nuestra única luz, está al final del dia
en la estrella que recogemos en la llovizna
qué tímida brilla entre silencios encendidos
de cuerpos cansados por agraviada melancolía
A su paso nadie la mira
es en el cielo una presencia tan viva
así como peces en agua cristalina
sábado, 20 de febrero de 2010
Espíritus salvajes
Benditos sean los espíritus salvajes que anidan en la expresión feroz de un niño que, al verte llegar a casa no distingue si lo que ha encontrado sea un desfile de sombras, un abismo, o una mirada sumergida bajo los pliegues de un rostro mordisqueado por la noche.
Y decide, entonces, perseguirte con una espada de madera en la mano derecha y un sueño en la izquierda, tan molesto es como una avispa que ha decidido hacer de tu oreja un panal y que, acentua la voluntad de su ataque después de ver con cierta repulsión una mueca espantosa que te crispa la boca, no cree un segundo de tu sonrisa miserable.
Te ha denunciado cobarde entre espadazos, sabe que no responderás su lance… pero no sabe del peso de la madrugada en tus brazos y párpados, además para ti, la guerra ha terminado.
Benditos sean los espiritus que tempestivamente han dominado la voluntad de ese niño, quien te persigue desde la primera mañana en la que no fuiste capaz de levantar ni la mirada, ni las manos en señal de guardia o ataque, desplomó en tu cama la idea de avivar esa ansiada batalla entre héroes y villanos.
Pálido, ahogado bajo la apatía de distinguir lo cotidiano y lo milagroso, los recuerdos gloriosos y dolorosos, derrota y victoria avanzas entre la cavernosa oscuridad de las cortinas empolvadas y puertas a medio cerrar que conducen hacia tu habitación.
Al cerrar los ojos, la respiración, nostálgicamente agraviada por el peso que desciende sobre los sueños parece asfixiarnos, somos entonces llamados a mirar a hacia nuestro pasado más remoto para recordar un heroe de nuestra niñez: espectro galopante que cruza lejanos reinos de madrugada y que hoy de pie frente a nuestra cama avisa que los años se han tornado azules.
Benditos sean los espíritus salvajes que anidan en mensajeros siempre alertas, en guerreros que libran batallas siderales en el espacio breve de una habitación sin ventanas, que hieren con la agudeza de una espontaneidad, que agitan en nosotros un enigma onírico y que en un segundo con la destellante inteligencia que resulta de una imaginación desbordante y un misterio cauto te preguntan: ¿cuando dejaste de soñar?
Y decide, entonces, perseguirte con una espada de madera en la mano derecha y un sueño en la izquierda, tan molesto es como una avispa que ha decidido hacer de tu oreja un panal y que, acentua la voluntad de su ataque después de ver con cierta repulsión una mueca espantosa que te crispa la boca, no cree un segundo de tu sonrisa miserable.
Te ha denunciado cobarde entre espadazos, sabe que no responderás su lance… pero no sabe del peso de la madrugada en tus brazos y párpados, además para ti, la guerra ha terminado.
Benditos sean los espiritus que tempestivamente han dominado la voluntad de ese niño, quien te persigue desde la primera mañana en la que no fuiste capaz de levantar ni la mirada, ni las manos en señal de guardia o ataque, desplomó en tu cama la idea de avivar esa ansiada batalla entre héroes y villanos.
Pálido, ahogado bajo la apatía de distinguir lo cotidiano y lo milagroso, los recuerdos gloriosos y dolorosos, derrota y victoria avanzas entre la cavernosa oscuridad de las cortinas empolvadas y puertas a medio cerrar que conducen hacia tu habitación.
Al cerrar los ojos, la respiración, nostálgicamente agraviada por el peso que desciende sobre los sueños parece asfixiarnos, somos entonces llamados a mirar a hacia nuestro pasado más remoto para recordar un heroe de nuestra niñez: espectro galopante que cruza lejanos reinos de madrugada y que hoy de pie frente a nuestra cama avisa que los años se han tornado azules.
Benditos sean los espíritus salvajes que anidan en mensajeros siempre alertas, en guerreros que libran batallas siderales en el espacio breve de una habitación sin ventanas, que hieren con la agudeza de una espontaneidad, que agitan en nosotros un enigma onírico y que en un segundo con la destellante inteligencia que resulta de una imaginación desbordante y un misterio cauto te preguntan: ¿cuando dejaste de soñar?
jueves, 4 de febrero de 2010
miércoles, 3 de febrero de 2010
Requiem de sombras necesarias
LLegas Victoria al fin en tu carruaje,
jalado por dorados caballos,
con la dignidad de la sangre enredada en tu cabello
y con las riendas hacia la libertad amarradas,
justo como te enseñaron a morir las musas.
La maravilla del fierro que pudo hendir en tu corazòn
quedó bajo la sombra de estatuas anónimas
como secreto queda el brillo de la sonrisa que ve florecer su venganza en horas indiscretas
Derrotada en esa región donde el amor es una lluvia discreta que mece el viento lento, difuso, aletargado, centellante, esteril, fulminante
tu derrota es también mi derrota
Me ha dado el destino el privilegio de asistir en primer plano a tu muerte
y de capturar tu últimno aliento con mi red de cazar mariposas
que la vida al despertar lo cambiará por sombra en forma de anhelo
jalado por dorados caballos,
con la dignidad de la sangre enredada en tu cabello
y con las riendas hacia la libertad amarradas,
justo como te enseñaron a morir las musas.
La maravilla del fierro que pudo hendir en tu corazòn
quedó bajo la sombra de estatuas anónimas
como secreto queda el brillo de la sonrisa que ve florecer su venganza en horas indiscretas
Derrotada en esa región donde el amor es una lluvia discreta que mece el viento lento, difuso, aletargado, centellante, esteril, fulminante
tu derrota es también mi derrota
Me ha dado el destino el privilegio de asistir en primer plano a tu muerte
y de capturar tu últimno aliento con mi red de cazar mariposas
que la vida al despertar lo cambiará por sombra en forma de anhelo
jueves, 28 de enero de 2010
domingo, 24 de enero de 2010
Aviso importante (instrucciones para terminar la ausencia)
nota: para terminar con la ausencia, en primer lugar, tendremos que separar nuestras manos entrelazadas frente a nuestro pecho y posteriormente proyectar al horizonte nuestra mirada atrapada en el cielo, entonces podremos dejar de ser turistas de nuestra existencia de arena. Por sobre todas las cosas tendremos que dejar de dar la espalda a la lluvia, a las derrotas y a las victorias y lo más importante: tendremos aprender a reirnos a carcajadas afuera de nuestra habitación de fuego.
miércoles, 20 de enero de 2010
Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos... Luis Cernuda
Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos,
como nace un deseo sobre torres de espanto,
amenazadores barrotes, hiel descolorida,
noche petrificada a fuerza de puños,
ante todos, incluso el más rebelde,
apto solamente en la vida sin muros.
Corazas infranqueables, lanzas o puñales,
todo es bueno si deforma un cuerpo;
tu deseo es beber esas hojas lascivas
o dormir en ese agua acariciadora.
No importa;
Ya declaran tu espíritu impuro.
No importa la pureza, los dones que un destino
levantó hacia las aves con manos imperecederas;
no importa la juventud, sueño más que hombre,
la sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestad
de un régimen caído.
Placeres prohibidos, planetas terrenales,
miembros de mármol con sabor de estío,
jugo de esponjas abandonadas por el mar,
flores de hierro, resonantes como el pecho de un hombre.
Soledades altivas, coronas derribadas,
libertades memorables, manto de juventudes;
quien insulta esos frutos, tinieblas en la lengua,
es vil como un rey, como sombra de rey
arrastrándose a los pies de la tierra
para conseguir un trozo de vida.
No sabía los límites impuestos,
límites de metal o papel,
ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan alta,
adonde no llegan realidades vacías,
leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.
Extender entonces la mano
es hallar una montaña que prohíbe,
un bosque impenetrable que niega,
un mar que traga adolescentes rebeldes.
Pero si la ira, el ultraje, el oprobio y la muerte,
ávidos dientes sin carne todavía,
amenazan abriendo sus torrentes,
de otro lado vosotros, placeres prohibidos,
bronce de orgullo, blasfemia que nada precipita,
tendéis en una mano el misterio.
Sabor que ninguna amargura corrompe,
cielos, cielos relampagueantes que aniquilan.
Abajo estatuas anónimas,
sombras de sombras, miseria, preceptos de niebla;
una chispa de aquellos placeres
brilla en la hora vengativa.
su fulgor puede destruir vuestro mundo.
viernes, 8 de enero de 2010
Intermitencias del olvido
En la ligera agitación de esta mirada breve
que es cálido recuerdo de la primer nostalgia
tiembla el silencio y nace un oscuro sollozo
Tiembla nuestro reflejo sobre el río
pues la onerosa calidad de la memoria
anidó en nuestros años
y no hay en donde esconderse
al final solamente reconocerse
Disparo al cielo esta flor nacida en rezo:
Recuerdo las pálidas madrugadas con horizonte de viajero
y a la esperanza escondida en una noche de estrellas desbordadas
pues aún me reconozco en la tibia soledad de luz de vela
y en mis palabras vestidas de llovizna
Así será hasta que mis oidos dejen de intuir verdad en sonrisas oscilantes
Pese a las sombras de sueños temibles, hundimos siempre un abrazo certero
sin importar, incluso, la insistente advertencia del abismo frente a nuestra orilla
¿Pues que sería del viento sin las fragancias impredecibles?
¿O de la memoria sin sombras?
Tiemblan como hojas en otoño, nuestros labios antes de confesar que
mientras tanto, en secreto, se inundaba el bosque
que es cálido recuerdo de la primer nostalgia
tiembla el silencio y nace un oscuro sollozo
Tiembla nuestro reflejo sobre el río
pues la onerosa calidad de la memoria
anidó en nuestros años
y no hay en donde esconderse
al final solamente reconocerse
Disparo al cielo esta flor nacida en rezo:
Recuerdo las pálidas madrugadas con horizonte de viajero
y a la esperanza escondida en una noche de estrellas desbordadas
pues aún me reconozco en la tibia soledad de luz de vela
y en mis palabras vestidas de llovizna
Así será hasta que mis oidos dejen de intuir verdad en sonrisas oscilantes
Pese a las sombras de sueños temibles, hundimos siempre un abrazo certero
sin importar, incluso, la insistente advertencia del abismo frente a nuestra orilla
¿Pues que sería del viento sin las fragancias impredecibles?
¿O de la memoria sin sombras?
Tiemblan como hojas en otoño, nuestros labios antes de confesar que
mientras tanto, en secreto, se inundaba el bosque
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