viernes, 8 de enero de 2010

Intermitencias del olvido



En la ligera agitación de esta mirada breve
que es cálido recuerdo de la primer nostalgia
tiembla el silencio y nace un oscuro sollozo


Tiembla nuestro reflejo sobre el río
pues la onerosa calidad de la memoria
anidó en nuestros años
y no hay en donde esconderse
al final solamente reconocerse

Disparo al cielo esta flor nacida en rezo:

Recuerdo las pálidas madrugadas con horizonte de viajero
y a la esperanza escondida en una noche de estrellas desbordadas
pues aún me reconozco en la tibia soledad de luz de vela
y en mis palabras vestidas de llovizna
Así será hasta que mis oidos dejen de intuir verdad en sonrisas oscilantes

Pese a las sombras de sueños temibles, hundimos siempre un abrazo certero
sin importar, incluso, la insistente advertencia del abismo frente a nuestra orilla

¿Pues que sería del viento sin las fragancias impredecibles?
¿O de la memoria sin sombras?

Tiemblan como hojas en otoño, nuestros labios antes de confesar que
mientras tanto, en secreto, se inundaba el bosque

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