miércoles, 3 de febrero de 2010

Requiem de sombras necesarias


LLegas Victoria al fin en tu carruaje,
jalado por dorados caballos,
con la dignidad de la sangre enredada en tu cabello
y con las riendas hacia la libertad amarradas,
justo como te enseñaron a morir las musas.

La maravilla del fierro que pudo hendir en tu corazòn
quedó bajo la sombra de estatuas anónimas
como secreto queda el brillo de la sonrisa que ve florecer su venganza en horas indiscretas

Derrotada en esa región donde el amor es una lluvia discreta que mece el viento lento, difuso, aletargado, centellante, esteril, fulminante
tu derrota es también mi derrota

Me ha dado el destino el privilegio de asistir en primer plano a tu muerte
y de capturar tu últimno aliento con mi red de cazar mariposas
que la vida al despertar lo cambiará por sombra en forma de anhelo

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