lunes, 17 de enero de 2011

Lo extraordinario de lo no permitido

-...Pero yo, cuando te lo hice, aunque fue solo una vez, me dejaste de hablar por dias-
-cuando eso paso sabes que no estabamos bien-
-¿si?, pués no me digas que entonces te tapaste los ojos-
-pero si tu tambien lo permitiste, incluso lo propiciaste-
En la mesa de a lado una pareja discute. Él en un intento desesperado, frontal y al mismo tiempo un tanto temeroso, trata de revivir su relación, entonces entiendo que al fondo de todo reclamo hay siempre una súplica malentendida y que a los oceanos no se los traga ningún abismo.

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