martes, 11 de marzo de 2008

MUSEO DE ARTE



“¿Quién no siente la pureza de sus líneas arquitectónicas que le dan la seguridad de un puente sólido tendido entre lo finito y lo infinito?.¿Quién no capta que la armonía de los contrastes nos hace experimentar la anchura y la longitud, la profundidad y la alteza del misterio del amor y la belleza de que habla San Agustín en su obra inmortal, "La ciudad de Dios"?. ¿A quién no arroba en éxtasis de plegarias ese vaivén de combinación en los dibujos de filigrana que se hace sutil voluta perfumada de incienso?”, texto que en evocación de divina inspiración el cronista de la Orden de los agustinos, Fray Nicolás P. Navarrete nos relata la impresión primera al entrar a un edificio construido por la mano de la grandeza, diseñado por la danza de lo infinito y lo concreto, un edificio canta a las musas del recuerdo, a las musas que se encargan de llenar nuestra memoria de imágenes, digno edificio albergado en una de las ciudades más bellas de la republica mexicana, el museo de arte nos abre sus puertas y con ellas mas de 200 años de historia y belleza.
4 de mayo de 1731, por órdenes de Fray Luís Martínez Lucio, se comienza la construcción de este templo que no vería, sino hasta el 2 de octubre de 1743 colocada la última pieza, que conforma el edificio.
La retórica usada por los religiosos para ganar adeptos fue impartida en este templo, junto con otras ciencias naturales Historia, filosofa, astronomía.
Tenían los agustinos su morada en este templo, hasta que en la segunda mitad del siglo XIX, Juárez y las leyes de reforma desamortizaran las propiedades del clero y las convirtieran en propiedad del gobierno.
Durante años se convirtió el edificio en un cuartel militar, hasta que por ordenes del Presidente Porfirio Díaz se convirtiera en palacio representativo de los poderes federales, en el recuerdo de los queretanos vivirá también por largo tiempo la imagen de la oficina de Correos, donde se concentraba toda la correspondencia de la ciudad,
Pero no es sino hasta el sexenio del Presidente Miguel de la Madrid, que este fastuoso edificio se convirtiera en el museo de arte.
Rostros de rasgos indígenas son los que adornan los muros y los arcos del ahora museo, en dicha ejecución se muestra claramente la idiosincrasia mexicana.
Al entrar en el patio del museo podemos observar en las columnas resueltas en arcos, claramente la representación de la ideología Agustina, un niño con los pies bien plantados al suelo, en la segunda de las columnas un hombre de edad adulta que tiene ligeramente levantado uno de sus pies, y en la ultima columna un anciano con sus pies simplemente rozando el piso, lo que en interpretación de José Maria Cabrera, museógrafo del edificio, nos sugiere que el transito del hombre por la tierra tiene como principal objetivo llegar al cielo cumpliendo los mandatos divinos, el cielo no hace falta mas que levantar la mirada en el centro del patio para observar la aspiración de san Agustín en su orden.
También al observar los muros del templo podemos encontrar símbolos asociados con san Agustín como la mitra, el tintero como símbolo de su oficio como escritor, el báculo etcétera.
En la planta alta había seres antropomorfos, señales místicas de consagración de las especies , el pan y vino, símbolos del la trinidad divina, figuras de padres leyendo, trabajando en un huerto, con una calavera que sugiere su desprendimiento de lo terrenal, y de seres zoomorfos como sirenas, elefantes, felinos, pegasos, que son los pecados que tenían que vencer los sacerdotes para así aspirar al cielo.
Esta fastuosa construcción cuenta con dieciocho salas de exhibición, donde se muestran obras manieristas, barrocas, neoclásicas y modernas pertenecientes a la Exposición Permanente, que ha ido formándose a través de los años, gracias al acervo artístico creado por el maestro Germán Patiño. Por otra parte, el Museo posee la primera colección de arte del siglo XX propiedad de los queretanos, con 380 obras recibidas en donación, gracias a la generosidad de sus creadores, diversas instituciones públicas y privadas, amantes del arte y muy particularmente el entusiasmo de los Amigos del Museo.
El corazón de la ciudad alberga este magnifico templo considerado patrimonio cultural de la humanidad, una gran joya arquitectónica, un edificio que se cierne y canta sobre la inmensidad del tiempo y el espacio, un edificio que seguirá siendo parte del latir que mantiene viva a una de las ciudades con más historia y tradición, el corazón de la ciudad agradece al otrora templo de los agustinos, hoy museo de arte.

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