martes, 11 de marzo de 2008

"NO HAY TIEMPO PARA ENSAYOS..."

Una mirada contemplativa, como una caminata en línea recta, satisfecha, amplia, un golpe de su batuta y comienza un gigante sonoro a andar entre espacios diminutos, temperamento diluido en matices tonales, frente a mi el director de la orquesta filarmónica de Querétaro, José Guadalupe flores, quien nos habla de su devenir creativo a través de las líneas del tiempo.
“No tenemos tiempo para ensayos generales, cada día es un concierto y hay que hacerlo bien”, difícil una mejor analogía para quien ha dedicado su vida entera a transitar entre 5 líneas horizontales, siendo este su mejor modo de expresión y de contacto con la realidad.
Eran las primeras horas de la madrugada y el pequeño José junto con su hermano eran levantados de la cama para cantar los arreglos que su padre, músico de profesión, escribía a lo largo de toda la noche, por lo que tiene su primer encuentro con este maravilloso arte antes siquiera de conocer el alfabeto.
Años después motivado por los ingresos que percibía decide entrar de lleno en el coro de la iglesia donde se presentaba, dejando de lado las posibilidades que el mismo se planteaba en la infancia de convertirse en químico.
Uno de los padres de la iglesia al percatarse del talento de este niño lo motiva a tomar el piano para desarrollarse, tiempo después ganaba mucho más de lo que el aspiraba y no solo eso sino que también es llevado por este padre para participar en un coro en Guadalajara, no habían pasado más de quince años desde que José había visto la luz primera.
Pero al estar en el coro de la iglesia el dirigía su mirada al maravilloso teatro degollado, se veía sentado al piano ante un auditorio lleno, que espléndidamente respondía a su calidad interpretativa, así que pronto desistió del os coros de la iglesia e ingresa a la orquesta sinfónica de Guadalajara.
A los 23 años, logra ser pianista de la sinfónica, hasta que un día un maestro alemán le sugiere un viaje que le cambiaria la vida, un viaje a Alemania para
desarrollar su conocimiento de la música, del piano y de su persona.
“Error, se acabo el piano”, comenta el director, pues al llegar a Alemania tiene que tomar una materia adicional y desde su perspectiva decide que la batuta no es muy absorbente ni celosa de su tiempo, pero vería su ‘error’ al decidirse por esta materia, traducido en su actual y exitoso modo de vida.
El conocimiento tiene mas formas de Adentrarse en nuestras vidas que las formas de una parvada en su viaje al sur, en Europa no solo desarrolla su técnica sino que además aprende que la idiosincrasia europea con respecto al músico es un universo distinto, que el músico no es un borracho ni un mujeriego, sino que es una profesionista como cualquier otro, con la misma dignidad y amor por su trabajo, y autores de esta enseñanza fue la gente que el conocía en la calle, barberos, cocineros, que le daban su respeto al mencionar que su profesión era la de músico.
Al concluir sus estudios regresa con la orquesta sinfónica de Guadalajara, ahora con el puesto de director de orquesta.
Hoy a 37 años de distancia, José Guadalupe Flores volcado a su pasión y a su talento, busca que los asistentes salgan de la sala de concierto con el alma tocada, con el goce que años de estudio han construido.
“no basta una vida para conocer toda la música que se ha escrito”, nos comenta el director con respecto a la música que le gustaría tener en el repertorio de obras interpretadas, pues aunque han pasado más de 40 años desde que inicio su carrera, sigue redescubriendo y encontrando autores brillantes y sobresalientes.


Uno de sus propósitos es continua acrecentando la cantidad de gente que se reúna en los conciertos de la filarmónica y hacer de este un movimiento que se incremente año con año, para lograr tal objetivo tiene claro que las visitas a las escuelas de educación básica son primordiales pues es ahí donde se encuentran los futuros conocedores, los futuros talentos que llenaran los auditorios de magia y de sonidos armoniosos.

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