jueves, 5 de junio de 2008

generosa belleza poética

Con un magnífico concierto en el que se interpretaron piezas de compositores franceses, la Orquesta Filarmónica de Querétaro abre su segunda Temporada de Conciertos.

Este primer concierto fue realizado en el magnífico Teatro de la República, testigo de muchas veladas llenas de arte y de excelsas interpretaciones y ésta no fue la excepción.

Davit Terzyan, director huésped, fue el encargado de marcar puntualmente los compases y de matizar los pasajes tonales por los que las diversas secciones de la Filarmónica llevaban a los asistentes.

La noche comenzó con la célebre `Marcha Húngara’, del compositor perteneciente al periodo romántico Héctor Beriloz.

Posteriormente el Teatro de la Ciudad se dejó seducir por la sombríamente expresiva e inanimada composición del modesto compositor Ernest Chausson ,’Poema para Violín y Orquesta’, basada en el texto del poeta simbolista Maurice Maeterlinck ‘Canto del amor triunfante’, en el que el compositor dejaba entrever su afición por el trabajo de su colega Wagner.

Cabe destacar a participación del oriundo de la Ciudad de México: Mario Escoto, quien desarrolló una declamación generosa en belleza poética en su violín para este tema.

La velada continuó con la pieza de Saint Saëns ‘Introducción y Rondo Caprichoso’, para proseguir con un repaso por el maravilloso trabajo del compositor nacido en Ciboure, Maurice Ravel, que sonó especialmente contundente y acertado gracias al tratamiento que el director realizó de su ‘Rapsodia Española’, golpes directos que combinados con una economía en las armonías y de los instrumentos dejaban en relieve la extraordinaria belleza de esta pieza, belleza en estado puro.

Para cerrar la velada la Filarmónica presentó su trabajo con la suite compuesta por Jules Massenet ‘El Cid’, ópera dividida en cuatro actos de la pluma de Adolphe-Philippe D'Ennery, Edouard Blau y Louis Gallet, basada en la tragedia homónima obra de Pierre Corneille.

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